Entre 1914 y 1918 el mundo vivió un conflicto bélico de dimensiones desconocidas que fue llamado entonces la Gran Guerra y que sólo después de 1945 pasaría a denominarse Primera Guerra Mundial. Su escala global y sus mortíferas consecuencias se debieron en gran parte a las novedades tecnológicas que fueron empleadas durante su desarrollo. La aplicación bélica de los avances científico-técnicos de la civilización europea del siglo XIX y el uso de la producción industrial en masa hicieron que sus efectos fuesen letales para millones de personas.
Gracias a las intervenciones de historiadores, museólogos y restauradores dedicados a la historia militar, los estudiantes podrán adquirir un conocimiento de los ingenios introducidos en la guerra terrestre (como el tanque y la ametralladora), aérea (el globo de observación, el zepelín y el avión), marina (el submarino), así como el empleo de las armas químicas. Además se analizan las ventajas tácticas y estratégicas que proporcionaron, los cambios que supusieron en la técnica militar y las consecuencias que su uso tuvo en el equilibrio de fuerzas entre los contendientes. Así, los alumnos podrán comprender cómo el progreso que se desarrolló pensando en el avance y bienestar de la humanidad acabó torciéndose cuando se usó para aumentar la capacidad letal de los ejércitos y el poder político de los estados.
“El curso de la historia humana será cuesta abajo y muy oscuro a menos que nuestra raza aporte inteligencia y voluntad a las graves necesidades que surgen con los aviones bombarderos, el gas venenoso y ese silencioso, invisible, inalcanzable asesino, el submarino”. H. G. Wells había imaginado grandes aventuras apocalípticas pero estaba aterrado al comprobar lo que el futuro había traído a la humanidad. Lo mejor de la tecnología y la ciencia se había incubado en las fábricas para llevar a la guerra la mayor capacidad mortífera que los tiempos habían presenciado.
Estas palabras de Wells, escritas en un artículo en The New York Times en mayo de 1915, fueron terriblemente premonitorias: a finales de 1918, cuando la Gran Guerra tocaba a su fin, los inventos del hombre habían arrasado Europa dejando millones de muertos. El gas, las bombas, los dirigibles, los tanques y los submarinos, esos ingenios de última generación, habían cumplido con su terrible cometido.
Aunque no todo fue muerte y destrucción, como los equipos de radiología portátil diseñados por Marie Curie o el desarrollo de pioneros sistemas de transfusión de sangre. No obstante, como predijo Wells, todos esos ingenios e innovaciones creados para multiplicar la capacidad mortífera solo provocaron más dolor sin poner fin a las guerras. Al contrario, la Gran Guerra solo serviría para “legalizar el asesinato en masa”, como aseguró Harry Patch, el último veterano del conflicto.
Bibliografía
Channel, H. (s.f.). Canal Historia. Recuperado el 15 de septiembre de 14, de http://canalhistoria.es/aula/tecnologia-primera-guerra-mundial/
Salas, J. (3 de 05 de 2014). materia.com. Recuperado el 15 de septiembre de 14, de http://esmateria.com/2014/05/03/avances-cientificos-tecnologicos-primera-guerra-mundial-imagenes/
No hay comentarios:
Publicar un comentario